La revista llena un vacío en el mercado búlgaro, ya que se apoya en la etnología pero en su variante popular; se hace por periodistas, y también por científicos –dice Svetlana Rádeva– .

Los artículos dedicados a las diferentes regiones de Bulgaria están escritos por especialistas locales. Así se podrá sentir el espíritu de la respectiva zona del país. En realidad, este es un recurso muy importante para el turismo moderno que podríamos llamar “de boutique”. La época del auge de los grandes complejos turísticos poco a poco va pasando, y la vida y la cultura tradicionales se vuelven cada vez más interesantes.

La publicación está destinada a toda la familia ya que, además de textos de lectura, incluye cosas que hacer como, por ejemplo, labores de aguja y costura modernas basadas en las artesanías tradicionales, así como recetas culinarias antiguas.

Hay patrones para calcetines tejidos a mano típicos de los *pomacos, y también varios patrones para bordado –explica Svetlana Rádeva– . La Dra. Svetla Rakshíeva, destacada etnóloga, preparó un artículo sobre el pan como parte de la tradición nacional búlgara. También hay un material sobre el rito Panagia, que se celebra en la ciudad de Kyustendil (extremo oeste de Bulgaria). Es una festividad pagana por su naturaleza, que exalta el pan. Un evento excepcional, con perspectivas para el turismo, pero que no está siendo aprovechado por los emprendedores turísticos.

De momento la revista es trimestral y sale en papel y en formato electrónico. Cada número presentará un museo regional y el patrimonio cultural en la respectiva zona. La primera edición de la revista presenta el Museo de Historia de Kyustendil, como también la propia ciudad conocida por sus manantiales de aguas minerales termales y por sus cerezas. El segundo número de la publicación será dedicada al patrimonio cultural de la ciudad de Dúpnitsa, en el suroeste del país, y al Monasterio de Dryánovo.

Portada de la primera edición es la reconocida cantante folklórica Nikolina Chakardákova, que habla sobre el folklore búlgaro, los valores humanos y la moda etno. En el nuevo número, el tema del folklore lo retoma Jristo Dimitrov, destacado coreógrafo y director de espectáculos, fundador del Conjunto de Folklore Bálgare. A los dos les une el amor por lo búlgaro –comenta Svetlana Rádeva– . Los búlgaros deben aprender a apreciar lo que tienen y preservar el folklore nacional. 

La revista colabora con el Club Nacional de Ciencia y Expediciones–UNESCO, cuyos proyectos presentará. Uno de los temas de la segunda edición será dedicado a las escuelas búlgaras en el extranjero.

Svetlana Rádeva es etnóloga, autora de libros y artículos sobre el bordado búlgaro. Defendió una disertación sobre el patrimonio cultural e histórico de los kapantsi, un grupo etnográfico en el noreste de Bulgaria.

Empecé a bordar y tejer antes de aprender a leer y escribir, a los 4 o 5 años. Hacía ropa moderna con bordados y, en cierto momento, llegué a la etnogénesis analizando las técnicas de bordar desde su lado científico, porque el bordado búlgaro es muy conservador y no se ciñe únicamente a hacer puntos.

*Búlgaros convertidos al Islam durante la dominación otomana (1393–1878).

Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Vivir Bulgaria y Elena Paskálova