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Los Siete Santos Letrados y su contribución al florecimiento de la escritura y la cultura en Bulgaria

Mosaico con los Siete Santos Letrados sobre la entrada de la iglesia Sveti Sedmohislenitsi en Sofía

El 27 de julio, en el día de la Dormición de san Clemente de Ojrida, la Iglesia Ortodoxa Búlgara venera también a los Siete Santos Letrados: los hermanos Cirilo y Metodio, creadores del alfabeto glagolítico (el primer alfabeto eslavo, modificado por sus alumnos para simplificar su uso, que pasó a denominarse alfabeto cirílico), y sus discípulos Clemente, Naúm, Gorazd, Anguelario y Sabas. El monumento más antiguo donde se les menciona es la hagiografía de san Clemente, la primera que ha llegado a nuestros días, escrita en griego por Teofilacto de Bulgaria, arzobispo de Ojrida, a fines del siglo XI y principios del XII.

En la hagiografía se les llama elegidos y corifeos del grupo de los discípulos “más talentosos” –explica la Prof. Svetlina Nikólova, del Centro Científico Cirilo–Metodiano, adscrito a la Academia de Ciencias de Bulgaria– . Clemente y Naúm permanecieron en la historia porque continuaron con exito la obra de Cirilo y Metodio en Bulgaria, salvándola de la desaparición y el olvido. Con el apoyo del Estado Búlgaro, se convirtieron en los pilares del auge de la cultura escrita búlgara en los centros de la ilustración Pliska, Preslav y Ojrida a finales del siglo IX y el primer cuarto del X. Según las fuentes históricas, Clemente “es originario de los moesios europeos, que muchos llaman búlgaros”, y siguió a Metodio desde muy joven. Después del deceso de éste, Clemente y Grazd lideraron las disputas con los opositores de las liturgias en lengua eslava. Según Teofilacto, la idea de la llegada de los discípulos de Cirilo y Metodio a Bulgaria pertenece a Clemente. El gobernante de Bulgaria en aquella época, el príncipe Borís, que “anhelaba a tales ilustres hombres”, los recibió con honores, les proporcionó las condiciones de vida necesarias y, con su ayuda, aprendió a leer las Sagradas Escrituras. Desde aquí empezó el viaje de Clemente al suroeste de Bulgaria, donde pasó muchos años de su vida como maestro y hombre de letras. Gracias a su diligente y fructífera actividad eclesiástica se granjeó también el reconocimiento de las autoridades estatales.

Naúm permaneció en la entonces capital de Bulgaria, Preslav, hasta 893, donde desarrolló actividad docente. Cuando Clemente fue proclamado el primer obispo búlgaro, Naúm, que era sacerdote, ocupó su lugar como maestro durante unos siete años, luego se retiró a un cenobio y se dedicó a la vida monásticaEn la orilla del lago de Ojrida fundó el monasterio del Santo Arcángel Miguel, hoy de San Naúm, donde vivió hasta su muerte el 23 de diciembre del año 910.


Fresco con los Siete Santos Letrados en el monasterio de San Naúm, Ojrida
Gorazd fue el primero entre los discípulos de Metodio, quien, antes de fallecer, lo señaló como su sucesor, aludiendo a su ortodoxia y erudición. En el *Sinódico del zar Boril (1207–1218) de 1211, se hace mención de la actividad instructiva de Sabas. En cuanto a Anguelario, él murió poco después de llegar a Bulgaria.

No hay datos cuándo se empezó a venerar a los Siete Santos Letrados. Evidencias de los cultos eclesiásticos dedicados a los santos Cirilo, Metodio, Clemente y Naúm se pueden encontrar en las obras sobre las fechas de su dormición, acaecida en los siglos de IX a X. Se supone que Gorazd también fue canonizado (según un almanaque religioso del siglo XIV de Polonia del Sur, su memoria se venera el 17 de julio). La conmemoración de todos los santos en una fecha probablemente comenzó a principios del siglo XVIII. La imagen más antigua de los Siete Santos Letrados se remonta al año 1612 y se encuentra en la Iglesia de la Santa Virgen María, en el monasterio de Slivnica junto al lago de Prespa.

Fresco con los Siete Santos Letrados en el Monasterio de Ardenitsa, Albania
La obra de Cirilo y Metodio alteró la configuración de la cultura escrita en Europa –explica la Prof. Nikólova– . Antes de ellos, los idiomas oficiales escritos eran el latín y el griego. Los dos hermanos crearon un nuevo sistema escrito basado en la lengua hablada de los búlgaros de Tesalónica. Ellos tradujeron los libros litúrgicos, lo que permitió que la población búlgara adoptara el cristianismo y se uniera a la familia de los pueblos cristianizados de Europa. Los esfuerzos de Cirilo y Metodio por introducir la nueva escritura y cultura no fueron en vano, sus discípulos lograron este objetivo en Bulgaria bajo la protección de los gobernantes búlgaros. Hoy en día, el cirílico es el tercer alfabeto oficial de la Unión Europea, y en esto consiste la mayor importancia de la obra de los Siete Santos Letrados para Europa.

*El Sinódico de Boril  o  Libro de Boril es un libro medieval búlgaro de principios del siglo XIII, que es una fuente importante sobre la historia del Segundo Reino Búlgaro (1185 - 1396).

Versión en española de Daniela Radíchkova
Fotos: bg.wikipedia.org



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